
A pesar de su éxito en España, la canción tomó ribetes políticos en Latinoamérica. Prohibida en Cuba, en Chile fue adoptada como un himno anticomunista, siendo también interpretada por el ejército de Chile, y se volvió popular entre los simpatizantes de la dictadura militar. La interpretación de la canción por Bigote Arrocet en el Festival de Viña del Mar en febrero de 1974, de rodillas frente al público (en el que se encontraba el dictador Augusto Pinochet), resultó icónica. La historiadora de la música Katia Chornik, en su estudio Sounds of Memory: Music and Political Captivity in Pinochet's Chile (1973-1990) («Sonidos de memoria: música y cautividad política en el Chile de Pinochet») asegura que la canción, al estar de moda en esa época y entre muchas otras, fue utilizada durante interrogatorios a prisioneros políticos durante la dictadura militar.
La canción comúnmente es asociada a Peter Fechter, conocido por ser el primer mártir del Muro del Berlín al ser asesinado en 1962 a los 18 años al intentar cruzarlo.