Desde Mariquita Sánchez de Thompson a Charly García, pasando por Jairo o Patricia Sosa, lo importante no es tanto quién la canta, ni cómo, sino lo que para que cada uno significa. Si me dan a elegir, me quedo con el triple grito sagrado de ¡Libertad! antes de obligar a nadie a "escupir su pestífera hiel". Y como decía aquel gaucho, eso de "Al gran pueblo argentino, ¡Salud!", representa una visión recortada del moderno Estado del Bienestar. Según el hombre, se debería añadir a la letra "Al gran pueblo argentino, salud, vivienda, educación, empleo, salarios dignos y jubilaciones justas". Pero así no hay himno que aguante (ni presupuesto que lo resista).
Desde Mariquita Sánchez de Thompson a Charly García, pasando por Jairo o Patricia Sosa, lo importante no es tanto quién la canta, ni cómo, sino lo que para que cada uno significa. Si me dan a elegir, me quedo con el triple grito sagrado de ¡Libertad! antes de obligar a nadie a "escupir su pestífera hiel". Y como decía aquel gaucho, eso de "Al gran pueblo argentino, ¡Salud!", representa una visión recortada del moderno Estado del Bienestar. Según el hombre, se debería añadir a la letra "Al gran pueblo argentino, salud, vivienda, educación, empleo, salarios dignos y jubilaciones justas". Pero así no hay himno que aguante (ni presupuesto que lo resista).
Quién alguna vez no ha soñado con cantar como el hombre de sombrero cuya imagen colgaba de los espejos retrovisores de los colectivos de Buenos Aires. Yo -pasajero del bondi, como el que más- no soy la excepción. Homenaje a Carlos Gardel y al tango, que tantas explicaciones sobre la vida nos ha dado y nos seguirá dando.
Luis Caro
Esta canción tiene 45 años. Mi padre -al que le gustaban el tango y el jazz- me pedía que se la cantase. Probablemente fue la única canción/balada de aquellas épocas que le gustaba. Eran aquéllas épocas duras, de modo que la tristeza y la melancolía de esta canción eran perfectas para acompañar los sinsabores de un tiempo, a pesar de todo, inolvidable.
Luis Caro
La música que juntos crearon Eduardo Falú y Jaime Dávalos es muy variada. En mi opinión, etiquetar estas bellísimas composiciones como folklore salteño es una injusticia, una simplificación que no le hace ningún favor ni a los autores ni al folklore de Salta. Falú y Dávalos rompieron con los estereotipos y se internaron en otros terrenos que, por aquella época (comienzos de los años 60), tenían poco que ver con los temas, los movimientos y las historias del folklore tradicional. Entre los dos le dieron, sin dudas, otra dimensión a la música salteña. Probablemente sin esa colaboración tan estrecha y precisa no hubiera sido posible que solo unos años después el Cuchi Leguizamón y Manuel J. Castilla deslumbraran con su atrevimiento, también a contramano de lo 'políticamente correcto'. Resolana no es una zamba, aunque se la haya catalogado como tal. Para empezar, no tiene estribillo. Además tiene un puente antes del final, como algunas de las mejores baladas del pop americano. Es, sencillamente, diferente. Diferente, incluso al núcleo de la obra de Falú y Dávalos, en el que predominan las zambas.
Luis Caro
Esta zamba se hizo famosa en la versión de Los Chalchaleros, acompañados en la ocasión por el bandoneón de Dino Saluzzi. La versión original, sin embargo, no repite versos al final de cada estrofa y es así como la aprendí a cantar a comienzos de los años setenta en el mismo lugar en que nació: la carpa de Tames en Cerrillos. Durante una época cantaba la zamba con el conjunto El Chañarcito, porque Tames me dejaba hacerlo, aunque algunos de sus parientes no quisiera. Una vez, durante una retransmisión de la fiesta del carnaval por la radio local, canté La Cerrillana desde el escenario junto con Marcos y Ángel Tames y el famoso bombisto Batata Almaraz. Tiempo después se filmaron en el rancho El Chañarcito algunas escenas de la película Argentinísima. En aquella ocasión estuvieron Los Chalchaleros, y aunque el fuelle que sonaba en el playback era el de Saluzzi, quien lo empuñaba en aquella película era el mismísimo Marcos Tames. Yo hice de extra en aquella película, que dirigió en Salta Héctor Olivera. Hoy la vuelvo a cantar con ganas y con cierta nostalgia, no por el carnaval ni por Cerrillos, sino por aquellas experiencias infantiles de canto que de alguna manera forjaron mi carácter.
Luis Caro
Mi homenaje al gran Zamba Quipildor. Con él canté esta zamba, a comienzos de 1976, en Cerrillos. La versión de esta página es un dúo asíncrono, pero igualmente válido, pues evoca con gran fidelidad la experiencia de 1976, que fue registrada en un vídeo de cinta abierta, que no conservo pero que recuerdo perfectamente. No mucha gente grababa por entonces con imagen y sonido sus dúos musicales con grandes personajes. Zamba Quipildor y yo lo hicimos, en mi casa de Cerrillos, con un AKAI VT-100 y una antorcha que era moderna para su época pero que hoy, para encenderla, requeriría cambiar la potencia contratada con la compañía eléctrica.
Luis Caro
La zamba dedicada a Ponchito Marrupe y a su folklórica finca de La Candelaria, que supe visitar en alguna época. Zamba escrita por el "poeta lunar" por excelencia, Jaime Dávalos, y compuesta por el más exquisito de los compositores salteños: Eduardo Falú. Como casi todas las zambas de los Dávalos, esta tiene varias letras y versiones. He querido que la mía coincida con la que evoca la figura del dueño de casa, don Poncho, que algunos años más tarde de la aparición de esta zamba se pegó un tremendo porrazo en el patio de macetas de doña Corina de Demboreynsky en La Merced, en medio de una campaña política irregular. El acompañamiento de esta zamba es aquí un poco lento y rebuscado, algo disonante al final del penúltimo verso de cada estrofa. Difícil de cantar por el tempo y esas cosas.
Luis Caro
La autora de estos versos tan bonitos es Julia Priluzky Farny, una escritora argentina de la generación de mis padres, que nació en Kiev. Como muchos otros grandes creadores y pensadores argentinos de la época, Julia vino de afuera y en el país desarrolló un talento que seguramente le venía en la sangre. Nos dejó, entre muchas otras cosas, este poema, convertido en zamba por el salteño César Isella. La verdad es que estos versos son un elogio de la perserverancia y la paciencia, dos virtudes que nos permiten alcanzar los grandes objetivos en nuestra vida. Hace años que canto esta canción, que tiene un estribillo tan complicado al final, pero nunca lo había hecho en un tono tan alto como ahora, que es el de la preciosa versión de Zamba Quipildor.
Luis Caro
‘Sur’ es el poema suburbano por excelencia de la música popular argentina. Es una de las obras más destacadas del poeta, profesor y político santiagueño Homero Manzi, que vivió entre 1907 y 1951. La música la compuso Aníbal Troilo, con quien Manzi también firmó ‘Barrio de tango’ y ‘Romance de barrio’, que no alcanzaron la popularidad de ‘Sur’. La primera grabación de este tango, en 1948, fue realizada por la orquesta de Troilo y la voz de Edmundo Rivero. Este era, sin dudas, el tango más querido por mi padre, coetáneo de Manzi, compañero en FORJA y amigo muy cercano de Guillermo Manzione, uno de los hermanos mayores de Homero. Cuando en mi casa se perdían misteriosamente los discos de Rivero, mi padre me pedía que le cantara ‘Sur’ con mi guitarra.
Luis Caro
Esta canción data de principios del siglo XX. Es el aria de la ópera Aurora, cuyo autor es el compositor argentino Héctor Panizza. La ópera fue estrenada el 5 de septiembre de 1908, en el Teatro Colón de Buenos Aires, poco después de que finalizara su construcción y a modo de estreno del teatro. Aurora se interpretó bajo la batuta de su autor con el célebre tenor Amedeo Bassi. En 1943 fue traducida al español por Josué Quesada y Ángel Pettita y reestrenada en la versión en castellano en 1945. Posteriormente un decreto nacional declaró el aria como Saludo a la bandera. Los que fuimos a la escuela primaria en la década de los 60 la cantábamos mientras se izaba la bandera nacional en el mástil. Cuando entraba la bandera de ceremonias en algún acto escolar se solía cantar "Mi bandera", que es más bien una marcha militar y de ópera tiene poco.
Luis Caro
El Himno al Señor del Milagro encoge el corazón a cualquiera. Cantarlo es un privilegio y también un desafío, porque a pesar de su culto origen es una canción sin otros modelos que el de la multitud doliente que camina mientras canta y pide para la ciudad la protección de su santo patrono. Hay versiones muy bonitas, muy clásicas y no tan clásicas. También las hay menos bonitas, menos cuidadas. En mi caso he tenido la suerte de encontrar en Internet la exquisita interpretación al piano de Juan Belmonte Ávila, a quien no conozco, pero que se merece, sin dudas, una cálida felicitación de todos los salteños, porque esta es una pieza de música que merece un lugar más destacado entre nuestras mejores tradiciones culturales, y él le ha dado una altura hasta ahora desconocida. Yo me he limitado a cantar algunos versos, como si lo hubiera hecho en la esquina de Deán Funes y Belgrano al momento del paso de la imagen del Señor del Milagro.
Luis Caro
Esta es una zamba muy bonita de Castilla. Una de las que con gran maestría y mejor gusto cantó el Dúo Salteño. Es una de las mejores composiciones bucólicas de Castilla, un poeta inclinado a describir la belleza de una tierra agreste y en cierto modo solitaria y triste.
Luis Caro
Nostalgias es uno de los tangos más brillantemente escrito de todos los que conocemos. El autor de la música, Juan Carlos Cobián, era sin dudas un músico exquisito. A él debemos piezas como La casita de mis viejos, Los mareados o Nieblas del Riachuelo, que además de unos tangos estupendos son maravillosas composiciones musicales. La letra es de Enrique Cadícamo, un poeta de la Argentina culta, que puso la letra a más de 800 canciones populares. Entre todas ellas, sobresale Nostalgias, pero también Anclao en París, Garúa y Madame Ivonne. Nostalgias es uno de los tangos más difíciles de cantar, por sus escalas descendentes y por su compleja melodía, pero uno de los que más placer produce.
Luis Caro
Este tango hermoso fue compuesto y escrito por Discepolo en 1934 y estrenado por Sofía Bozán a finales de aquel año. Es una de las piezas que su autor compuso para la película El alma del bandoneón. Su letra, más que una lamentación o una denuncia es una instantánea de una época que se prolongó el tiempo seguramente más de lo que su autor pudo llegar a prever. Es la Argentina en estado puro; sus contradicciones, sus contrastes, su mezcla irreverente, su desprecio por el esfuerzo y la pasión por la vida fácil. Discepolo no habla de guerras ni de grandes calamidades, sino de una realidad cotidiana que carcome el alma humana de una forma casi silenciosa.
Luis Caro
Yira, yira es el tango más bonito de todos los que compuso Enrique Santos Discepolo. Según el mismo autor, se trata del más espontáneo de sus tangos, inspirado en un momento amargo, de los muchos que hubo en su vida. "Venía yo, en 1927, de una gira en la que nos había ido muy mal. Y después de trabajos, fatigas, luchas y contratiempos regresaba a Buenos Aires sin un centavo. Me fui a vivir con mi hermano Armando a una casita de la calle Laguna. Allí surgió 'Yira… yira…', en medio de las dificultades diarias, del trabajo amargo, de la injusticia, del esfuerzo que no rinde, de la sensación de que se nublan todos los horizontes, de que están cerrados todos los caminos. Pero en aquel momento, el tango no salió. No se produce en medio de un gran dolor, sino con el recuerdo de ese dolor". Así contaba Discepolo la historia del nacimiento de este tango.
Luis Caro
Esta es una de las composiciones más bellas de la música popular argentina: un tango canción que ha sido grabado por muchos intérpretes, no necesariamente todos de tangos, y en casi todas las épocas. Recuerdo la versión de Sandro, y también recuerdo haberla cantado siendo yo muy joven. Seguramente el acompañamiento no es el mejor (el bandoneón suena muy alto) pero, con todo y sus dificultades, me he propuesto volverla a cantar. Hay cosas que no se pueden explicar y que sucede cuando uno canta melodías que están en las raíces de todo. Esta es una de ellas.
Luis Caro
Esta es una canción de 1983, compuesta por el músico argentino Alejandro Lerner. En su época se convirtió en un gran éxito en la Argentina. Poco después Lerner se marchó a los Estados Unidos para estudiar música. No muchos hacen una cosa así en la cima de su éxito. Claro que después, Lerner tuvo más éxito todavía, sobre todo como compositor. Esta es una pequeña muestra de su talento.
Luis Caro
He elegido esta canción como la número 400 de este trabajo de años y años. No por casualidad. Es porque se trata de una de las primeras canciones que canté en mi vida. Eduardo Falú y Jaime Dávalos la compusieron alrededor de 1962, cuando yo tenía cuatro años. Algunas de las canciones del dúo compositor se estrenaron en mi casa de Cerrillos, según me cuentan, porque no tengo memoria de aquello. Es posible que una de ellas haya sido Río de tigres. La Tonada del viejo amor fue también uno de los clásicos del coro del Colegio Nacional de Salta, del que alguna vez formé parte. Evidentemente, ni la poesía de Jaime Dávalos ni la música de Eduardo Falú tienen mucho que ver con nuestro folklore profundo, pero quizá por ello mismo tienen un valor inmenso, que no todos son capaces de reconocer. Espero que esta grabación, mezclada entre piezas de jazz, de pop y de rock, sirva para inscribir el nombre de aquellos dos ilustres salteños en el firmamento en el que brillan las más grandes estrellas de la música.
Luis Caro
Esta es otra zamba extraordinaria del dúo compositor más grandioso de la música popular salteña, formado por Eduardo Falú y Jaime Dávalos. El motivo de esta zamba es la nostalgia que experimenta en la gran ciudad una persona que añora sus montañas, sus ríos de verano y sus paisajes variados. Es una sensación que he vivido muchas veces y que esta zamba describe perfectamente con versos de gran belleza.
Luis Caro
Las golondrinas es una antigua canción, firmada también por el dúo compositor Falú y Dávalos. La conozco desde niño, aunque la he cantado muy pocas veces. Esta versión un poco electrónica que suena aquí no me parece que sea la que mejor refleja el alma original de esta canción. La cadencia del acompañamiento es más propia del Jangadero (también de Falú y Dávalos) que de Las golondrinas. Pero tengo que decir que la versión que han hecho con este mismo acompañamiento Facundo Toro y Raly Barrionuevo es soberbia. Pienso sin embargo que la música del folklore de Salta pierde un poco de su sabor con semejante despliegue de instrumentación, pero desde luego ni la melodía ni los versos pierden su belleza. Jaime Dávalos era, sin dudas, un poeta desbocado y genial, que sabía utilizar las palabras en su sentido más exacto. Describía las cosas sin describirlas y nos las dibujaba según esas mismas cosas eran percibidas por su alma. Eduardo Falú le dio a la música de Salta un plus de calidad que no le dio nadie. La estructura de los acordes y la línea melódica siguen una línea muy culta, pero que nunca desentonó con el canto a la tierra y el mensaje de nuestros grandes poetas. Las golondrinas es otra muestra de la versatilidad de ambos creadores .
Luis Caro
Homenaje a la Selección Argentina Campeona del Mundo 2022. Grabado dos días después de la conquista del Mundial de Qatar. La canción que corearon más de 5 millones de hinchas en las calles de Buenos Aires el 20 de diciembre de 2022. En recuerdo de Lionel Messi y de sus compañeros, que hicieron felices a un montón de gente que pedía a gritos un poco de alegría.
Luis Caro
Esta zamba fue compuesta por Ariel Ramírez y Félix Luna, a mediados del siglo XX y es, con permiso de las hermosas zambas salteñas, una de las bellas del folklore argentino. Ha sido grabada por una multitud de artistas nacionales, entre los que destacan, sin lugar a dudas, santiagueño Raly Barrionuevo.